Desde los viejos tiempos, cuando la Argentina competía por ingresos con Estados Unidos y Europa, hasta la decadencia del presente, donde el 40% de la sociedad percibe al Estado como generador de bienestar.
El salario mínimo en dólares financieros se ubica en la duodécima posición en 14 economías latinoamericanas. El salario promedio en dólares es muy inferior al de Uruguay, Chile y Ecuador (EFE)
Argentina alguna vez fue la sexta economía más rica del planeta según la Universidad de Groninga. El poder económico no sólo rivalizaba con el de Estados Unidos, sino que éramos mucho más ricos que la mayoría de las economías de Europa. Mirábamos a los vecinos desde un pedestal. Desafortunadamente, esa historia sucedió y no volverá a suceder durante varias décadas, si es que alguna vez vuelve a suceder.
El resultado electoral marca una dinámica que continúa profundizándose en Argentina, donde hay una importante vocación del 40% de la sociedad, que percibe al Estado como generador de bienestar social. Los subsidios al transporte, salud, energía y electricidad, además de la diversidad de planes, constituyen un mapa complejo para quien esté en el poder a partir del 10 de diciembre de 2023.
A la fecha, Argentina tiene el producto interno bruto per cápita (PIB per cápita) el más bajo de los últimos 20 años. El salario mínimo en dólares financieros se ubica en la duodécima posición en 14 economías latinoamericanas. El salario promedio en dólares es muy inferior al del uruguayo, chileno y ecuatoriano.
Es una vocación importante del 40% de la sociedad, que percibe al Estado como generador de bienestar social.
Si se analizan los indicadores del nivel educativo de la sociedad, según el Observatorio Argentino de la Educación, sólo 16 de cada 100 niños que inician el primer grado, llegan al último año escolar. Hay jurisdicciones, provincias, donde sólo cinco niños llegan en el tiempo previsto y con conocimientos suficientes.
Lamentablemente nadie debería hablarnos de estos indicadores, porque en Argentina hay un grado alarmante de ignorancia académica en los jóvenes, quienes son al fin y al cabo el futuro. Sin educación, sin capacidad de progresar económicamente y sin herramientas para salir adelante, ¿qué ¿Qué pasó con la clase media argentina? Se extinguió. Literalmente.
Duele escribirlo, duele decirlo, pero la realidad es que la clase media argentina educada que nos diferenciaba del resto de nuestros vecinos ha desaparecido. Hoy en Argentina hay un 40% de ciudadanos que no quieren vivir sin el apoyo económico del Estado. Ese apoyo no es negociable y quien decida tocarlo deberá afrontar las consecuencias. En 2015, cuando Mauricio Macri explotar Daniel Sciolilo único que se preguntaba la sociedad argentina era cómo se las arreglaría con los sindicatos en las calles, los extorsionadores bloqueando carreteras y haciendo piquetes.
Hoy la sociedad argentina se hace la misma pregunta si JavierMiley llega al poder. ¿Cuánto tiempo tardará con el ajuste que tienes que hacer? ¿Cuántos cortes, marchas y piquetes generarán para implosionar el país? Argentina es rehén de ese 40% de la sociedad. Puedes aceptarlo o no, pero es la dura verdad. Si alguien decide ir en contra de esos derechos, perderá apoyo político. Si no lo haces durante la campaña, pero luego quieres cambiar las reglas, incendiarán tu país.
Todas estas preguntas, todas estas conclusiones traen consigo un grito ensordecedor desde atrás. “La clase media argentina se ha extinguido”, y ese baluarte contra el populismo ha desaparecido.
Un último pensamiento
Fui enfático y escribí un libro llamado “Dolarización, camino hacia la estabilidad económica” publicado en 2021. Sin embargo, llevo más de 7 años estudiando los planes de estabilización para Argentina. La dolarización no es la opción óptima, ni es una panacea, ni mucho menos es mágica, y ciertamente limita el crecimiento en el largo plazo. ¿Quién quiere perder una herramienta tan importante como la monetaria en un país?
El Banco Central de la República Argentina es el cheque en blanco de ese magnífico 40% del país, que sólo quiere vivir del Estado.
Sin embargo, Argentina debería acudir a ese régimen y la razón principal no es por una cuestión económica, sino que resulta ser aún mucho más profunda.
¿Cómo cree que se financia el 40% de los ciudadanos argentinos, que no están dispuestos a renunciar al apoyo sistemático del Estado? ¿Cómo cree que se utiliza la política monetaria en Argentina dado que la inflación anual promedio desde 1945 hasta ahora es del 60%? ¿Realmente pensamos que el Banco Central de la República Argentina tiene como principal objetivo la estabilidad económica del país, porque somos la economía moderna con los mayores procesos recesivos de los últimos 50 años?
El Banco Central de la República Argentina es el cheque en blanco de ese magnífico 40% del país que quiere vivir sólo del Estado.
El autor es director de la consultora Romano Group y del programa de Economía Empresarial de la Universidad Australiana.
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