El equipo deja de lado el ruido exterior y su batalla con la Federación para centrarse en lo que mejor sabe hacer, jugar al fútbol. Los de Tomé le quitaron la victoria a Panalti en el último segundo (2-3)
Alexia Putellas e Irene Paredes celebran la victoria de España ante Suecia. Reuters
En un ejercicio de profesionalismo y extrema resiliencia, España se olvidó del absurdo y el caos en el que la sumió Rubiales y firmó su victoria más significativa ante Suecia (2-3). en su regreso a la competición apenas un mes después de proclamarse campeona del mundo en Sídney en el que supuso el mayor logro histórico del deporte español. Aquella hazaña, que hoy está muy lejana, dio paso al bochorno internacional y terminó con el grito “se acabó” de algunos jugadores que iniciaron una lucha por lograr una institución más justa en la que sean escuchados y respetados. Entre eternas negociaciones, algunas promesas, presiones inexplicables, poco entrenamiento, menos descanso y mucho estrés, la pelota se coló esperando a nada ni a nadie, y España. Hizo lo que mejor sabe hacer: jugar al fútbol.. La agónica victoria ante Suecia, de penalti y en el último segundo, tiene un valor incalculable, por el momento y por lo que transmite, porque los jugadores pelean en los despachos, sí, pero también ganan en el campo. Porque demuestran que no hay nada que les guste y les importe más que el fútbol, evidentemente. España, al fin y al cabo, reclamó el balón.
Y hacerlo no fue fácil, nada, y más si se tiene en cuenta que los jugadores fueron convocados a pesar de haber dicho abiertamente que no querían estar. Montse Tomé, segundo del ex seleccionador Jorge Vilda, que se peleó con Rubiales, el elegido por la Federación para hacerse cargo del cargo, hizo caso omiso y llamó a todos, incluidos Mapi León y Patri Guijarro, dos de los que se retiraron del Mundial y que eventualmente. termina abandonando el escenario bajo la promesa de no ser sancionado. La entrenadora, que no cuenta con la confianza de la mayoría del grupo, se hizo estallar antes de empezar y su continuidad más allá de este parón parece del todo imposible. Para el debut en la Liga de Naciones, competición clave para estar en los Juegos de 2024, Tomé No dejó nada y optó por Alexia, Irene, Aitana o Mariona.
Las selecciones española y sueca posan con una pancarta en la que se lee el lema:𝑺𝒆 𝒂𝒄𝒂𝒃𝒐́. 𝑵𝒖𝒆𝒔𝒕𝒂𝒂 𝒍𝒖𝒄𝒉𝒂 𝒆𝒔 𝒈𝒏𝒂 𝒍𝒖𝒉𝒐𝒄𝒈𝒂 𝒉𝒂 pic.twitter.com/k7gF1EuqmY
— Teledeporte (@teledeporte) 22 de septiembre de 2023
Como no podía ser de otra manera, España empezó visibilizando su lucha y recordando a Jenni Hermoso, ausente de la plantilla por decisión del seleccionador, que dijo que quería protegerla. Los jugadores, que lucieron brazaletes con el lema “se acabó”, encontraron el apoyo de sus rivales, con quienes posaron junto a una pancarta, y de la afición sueca que coreó el nombre de Hermoso. Y a partir de ahí jugar. El comienzo no fue fácil para el equipo, un poco estresante. Sueciaun rival al que ya había derrotado en las semifinales del Mundial, Se adelantaron en el minuto 20 gracias a Magdalena Eriksson.que terminó sin oposición.
Athenea abraza a Alexia Putellas tras marcar su gol ante Suecia. EFE
Todo estaba en contra, pero España, como su lucha, no se rindió en el campo. Dominaron el balón y pronto empezaron a someter a los suecos desde el inicio del partido. La seriedad y apatía de estos días comenzaron a transformarse en sonrisas cuando Athenea firmó el empate con la colaboración del portero Musovic. La fiesta fue significativa: Athenea, la única de los invitados que no firmó la dimisión, abrazó a Alexia, que lidera el grupo.
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Dominio absoluto y un gran gol al que volver
La segunda parte fue un monólogo de España, que interpretó a su antojo bajo la dirección de Tere, Alexia, Aitana y Mariona. A su fútbol le faltó un poco más la portería y el colmillo y la verticalidad de Salma, ausente por lesión. El jugador del Barcelona no estaba, pero sí Eva Navarro, que sacudió el partido desde el banquillo y adelantó a España con un golazo desde fuera del área. Cuando el equipo de Tomé parecía abrazar la victoria, Hurtig aprovechó un rechace para batir al Cata Coll y devolver el empate a falta de diez minutos para el final. Con todo lo que rodea a esta España, la eliminatoria parecía más que suficiente y digna a ojos de todos. No para ellos, que lucharon y lucharon hasta el final y en el último suspiro, tras la captura de Amaiur dentro del área, Mariona le dio la victoria a la Roja. Jugaron, ganaron, sonrieron y se abrazaron. Y mañana seguirán luchando.
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