A pesar del caso Insaurralde y de la difícil situación económica, el partido gobernante no parece verse seriamente afectado. En este contexto, surgen interrogantes sobre la confiabilidad de las encuestas y el comportamiento electoral del pueblo argentino.
Martín Insaurralde con el gobernador Axel Kicillof y Federico Otermin
Todavía hay algunas encuestas realizadas después de las PASO, pero la mayoría muestra una clasificación similar de los principales candidatos: primero Milei y, un poco más lejos, Massa y Bullrich. Dándoles crédito y sin considerar la falta de confiabilidad que tienen, el resultado es sorprendente. Si este fuera realmente el caso, un porcentaje importante de la población no vería sus preferencias afectadas por la formidable combinación de escándalos, inflación y recesión. Veamos sólo algunos ejemplos, dejando de lado muchos en aras de la brevedad.
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lo reciente Insaurralde Obligó al oficialismo a sacar de la cancha a uno de sus obispos por ser protagonista de “falta de ética”. La falta de ética implicaría que algo anda mal. Era necesario aclarar qué conducta consideraban incorrecta. Un hombre divorciado de vacaciones con una mujer soltera no debería ser el problema. Claramente siendo descubierto en tal derroche y ostentación Hicieron que el peronismo lo echara del espacio, siendo todos muy discretos en incluso insinuar algo ilegal. En la jerga futbolística le sacaron tarjeta amarilla, pero no roja directa. Si no fuera en plena temporada electoral, esto sería “sigue adelante, sigue adelante”. Hay muchos ejemplos y usuarios de marroquinería y relojes de lujo que se muestran firmes en sus funciones para saber que así es.
La verdadera falta de ética se ve cuando uno se pregunta cómo una persona que fue servidor público durante su vida adulta, recibiendo salarios del Estado y con declaraciones juradas de casi pobreza, puede hacer regalos carísimos y alquilar yates para pasear por el Mediterráneo. Sería bueno que Massa afrontase este tema y hiciera la denuncia en lugar de suavizar el tema como un pecado venial. Bandido es el nombre del yate…
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Pero no sólo las cuestiones del entretenimiento y la corrupción deben influir en la intención de voto del partido gobernante, sino también en la situación de la economía. El candidato y ministro Massa se presenta con una argumento contrafáctico y por tanto imposible de demostrar: “No sabes cómo sería esto si yo no estuviera allí”. Lo que se puede saber es cómo estaba la economía en el momento en que asumió como ministro y cómo está ahora. La inflación, que era del 7% mensual, casi se ha duplicado y ahora ronda el 12%. El dólar blue pasó de $290 a $880 (actualmente y en alza), un incremento cercano al 200%. El stock de Leliqs (deuda del BCRA) casi se triplicó. Finalmente lo desgarrador, bajo su gestión la pobreza pasó del 36,5% al 40,1%. Si al principio la plancha estaba caliente, ahora está al rojo vivo.
Para concluir y volviendo al inicio de la nota, en cualquier otro país un gobierno que afrontara unas elecciones en esta situación sería borrado del mapa y aquí no parece ser el caso. ¿Será que la gente considera iguales a todos los candidatos? ¿Es una votación vergonzosa y la gente miente en las encuestas? ¿Están estos manipulados por quienes los emplean? ¿O el cambio en la comunicación ha hecho que las encuestas sean una herramienta deficiente? La realidad la conoceremos recién la noche del día 22, hasta entonces todo serán puras especulaciones. Espero que no sea todo igual.
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Source: frv.edu.vn