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La oposición y los trabajadores critican que la cadena pública regional vuelva a ser un “portavoz ideológico del PP”, recordando los años de férreo control y manipulación por parte de Esperanza Aguirre.
Isabel Díaz Ayuso, de momento en el debate electoral organizado por Telemadrido (Foto: Telemadrido)
Hubo un tiempo no hace mucho en que Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid entre junio de 2015 y abril de 2018, prohibió a sus concejales aceptar invitaciones a eventos organizados por Telemadrid. Cifuentes trinó con el entonces director general de la cadena regional, José Pablo López, porque las televisiones de todos los madrileños se atrevieron a retransmitir en directo la comisión de investigación, en la que Cifuentes tuvo que declarar por sus vinculaciones con el caso Púnica. Cifuentes nunca perdonó a López.
Y el PP estaba muy mal acostumbrado. La gente siempre ha considerado a Telemadrid como un medio de comunicación de sus intereses, sobre todo tras la llegada de Esperanza Aguirre al Gobierno regional en 2003. Unos meses más tarde, la “líder” nombró a quien fuera su jefe de prensa, Manuel Soriano, como director general del ente público con el objetivo de convertirlo en “el bastión de la defensa de España”. Telemadrid lo que hizo fue convertirse en ‘TeleEspe’, como la llamaban sindicatos y oposición.
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Un mes después de asumir como director general, Manuel Soriano destituyó al director de informativos, Alfonso García Mora, que no dudó en contar en un artículo de El País cómo le informaron de su ‘decapitación’. “Soriano me aseguró que las cosas van a cambiar y que Telemadrid debe participar del momento político, crear opinión y ser el contrapeso del Grupo PRISA y la cadena SER. Desde esa fecha, y con un nuevo Director de Noticias combativo que sabía para qué fue contratado, nada ha sido igual en esa Cámara. Primero, el nuevo equipo desperdició el prestigio y la independencia adquiridos durante largos años de esfuerzo y con administraciones de distinto signo político”, explica García.
Comenzaron entonces tres manifestaciones de estricto control de la emisora pública por parte del PP. Mientras tanto, los ingresos empresariales cayeron un 70%; La audiencia alcanzó su mínimo histórico en 2012, con un 4,8% de cuota de pantalla; y la fuerza laboral se disparó a más de 1.100 trabajadores después de la creación de Escritura paralela, hecha a imagen y semejanza ideológica de lo que quería Aguirre.. Y para el expresidente hubo “muchos rojos”, según un ex trabajador veterano. Atrás quedaron los días de gloria. Entre 1992 y 2002, por ejemplo, antes de la llegada de Aguirre, Telemadrid promediaba una cuota anual del 20%, algo impensable hoy.
La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en la Pradera de San Isidro. (EFE/Víctor Lerena)
La manipulación y los prejuicios a favor del PP llevaron a otros partidos políticos y sindicatos a denunciar la situación de la cadena, y a sus trabajadores a organizarse en la plataforma ‘Salve Telemadrid’. El punto de inflexión se produjo en noviembre de 2012, cuando el Gobierno regional anunció un expediente de regulación de empleo (ERE) que afectó a 925 trabajadores, cifra posteriormente reducida a 861 despidos, el 74% de la plantilla. Era eso o cerrar las persianas.
Cifuentes y “el sextil”
Con la llegada de Cifuentes al Gobierno regional en 2015, la aritmética parlamentaria cambió. El PP necesitaba a Ciudadanos para cualquier trámite. La formación naranja impuso un acuerdo de inversiones, que obligó a realizar cambios en Telemadrid con el objetivo de despolitizarla. Cifuentes encargó entonces a un diputado desconocido llamado Isabel Díaz Ayuso negociar con sus nuevos socios la nueva ley que regularía la cadena pública (la anterior era de 1984), ley que finalmente se aprobó en la Nochebuena de 2015 con los votos a favor del PP y Ciudadanos y el rechazo de PSOE y Podemos.
Ayuso coincidió con Ciudadanos en todos los aspectos de la nueva ley. Un acuerdo que llevó meses. “El PP se vio obligado a pactar porque para nosotros era una línea roja. No tenían ningún interés. Ayuso nos ha dicho en repetidas ocasiones que si fuera por ella y su partido, Lo mejor sería cerrar la televisión pública.”, apuntan fuentes de Ciudadanos presentes en esa negociación. “Lo pensaban así porque ya no tenían mayoría absoluta y, por tanto, control de Telemadrid”.
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Entre los cambios de la nueva ley destacó la composición de la mesa directiva, que pasó de siete a nueve miembros: cinco de ellos elegidos por organizaciones profesionales y sociales y los cuatro restantes por los grupos de la Asamblea. En todos los casos serían nombrados por una mayoría de dos tercios del Parlamento. El consejo propuso al director general, quien también fue designado por dos tercios de la Asamblea. El PP ya no podía elegir un títere bajo su mando. Necesitaba el acuerdo de una gran mayoría. Además, aseguró la independencia del director general ampliando su mandato por seis años, separándolo así de los cuatro años del presidente regional.
En diciembre de 2015, Ayuso defendió la nueva ley: “[Telemadrid] siempre estuvo en boca de todos, porque era una organización muy politizada y muy controvertida. Consideramos que ya es hora –¡por fin!– de que en España no haya ningún partido en la televisión pública. Nos hemos comprometido con los madrileños a tener una televisión pública independiente, plural, severa y lo antes posible. Ahora hay un modelo que les da miedo porque no pueden controlarlo; pero ellos deben estar tranquilos, porque nosotros también. Por primera vez hay un medio público en España que nadie va a controlar”. Palabras muy elocuentes. Ayuso explicó que Telemadrid estaba controlada anteriormente.
La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes (EFE/Ballesteros)
Los cambios llegaron. Alipio Gutiérrez Fue nombrado director de informativos, un veterano de la casa que optó por recuperar el enfoque regional de las noticias y dejar de lado la información política nacional como imponía Aguirre. Luego llegó José Pablo López, el nuevo director general, que contó con el apoyo de PP, PSOE y Ciudadanos y la abstención de Podemos. Con López volvió la pluralidad al canal público y mejoraron los índices de audiencia. Tanto es así que Esperanza Aguirre acabó abandonando el plató en una entrevista en octubre de 2018 tras llamar “podemita” al presentador y acusarles de ser “antiPP”. Cifuentes, por su parte, acabó llamando a la cadena ‘la sextilla’ porque no le gustaba la deriva que tomó Telemadrido, que para ella era demasiado de izquierdas.
Ayuso vuelve a tomar el mando
En 2019, Isabel Díaz Ayuso asumió la presidencia de la Comunidad. Telemadrid pudo mantener su independencia porque el PP gobernó en coalición con Ciudadanos durante los dos primeros años. Pero todo cambió en 2021, cuando Ayuso convocó elecciones sorpresa y consiguió la mayoría con el apoyo de Vox. El nuevo líder popular no duró ni dos meses en reformar la ley acordada por consenso en 2015 destituir al director general, el incómodo José Pablo López, y a gran parte de su equipo. Limpieza completa. “Soy la única presidenta autonómica que tiene televisión, lo cual para ella es fundamental”, llegó a decir.
Se creó entonces la figura del administrador interino, elegido directamente por el Ejecutivo. Ha ocupado el cargo desde entonces. José Antonio Sánchez, que ya fue director general de la cadena regional en una etapa anterior, entre 2011 y 2014, cuando la entidad pública aprobó su ERE más traumático con el despido de 860 profesionales. Anteriormente fue director general de Radio Televisión Española (de 2002 a 2004) y presidente de RTVE de 2014 a 2018, siempre en el PP.
Protestas de los trabajadores de Telemadrid
“Con Ayuso y José Antonio Sánchez volvimos a los tiempos de ‘TeleEspe‘. No hay más que ver cualquier informativo para comprobar que el PP controla Telemadrid. Incluso ofrecemos partidos en directo”, afirma un portavoz del comité de empresa, que actualmente representa a unos 515 trabajadores. El PSOE de Madrid criticó hace unos días que la cadena pública retransmitiera en directo la concentración convocada por el PP el pasado domingo contra la hipotética amnistía que está negociando Pedro Sánchez con los partidos independentistas. “Telemadrid interrumpió su programación para dar en directo los discursos de Ayuso y Almeida”, explican desde la comisión de trabajo.
“Telemadrid es ‘TeleAyuso'”, coincide Pablo Padilla, representante de Más Madrid. “Falta pluralidad informativa cuando prefieren retransmitir una manifestación directa organizada por el PP y no hacen lo mismo con las manifestaciones multitudinarias que hubo hace meses en defensa de la salud pública. La cadena se ha convertido en el portavoz ideológico del PP”, concluye Padilla, que considera una anomalía que la televisión pública siga con un administrador interino sine die, que es “un apéndice del Gobierno”. “Necesitamos iniciar el proceso para elegir un nuevo director general ahora”. Mientras tanto, la cadena finalizó la temporada 2022-2023 con una audiencia promedio del 5,4%, ubicándose como la novena televisión regional más vista.
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Source: frv.edu.vn